Noche de Crimen: Lluvia y pasión.
Estaba lloviendo, era de noche y la luz se había cortado. Por el momento, la tormenta era débil, aunque traía una brisa fresca y mucha humedad, haciendo pesado el ambiente. Como tormenta de verano, llovía, paraba un rato y volvía a llover.
En la casa, los ambientes estaban cálidos. Las puertas y las ventanas estaban cerradas excepto una, dejando pasar el aire fresco de afuera. Que era como respirar una nueva vida… una nueva esperanza…
Eran 2 los que habitaban aquella enorme mansión de 2 pisos, con galerías en sus laterales y extensos espacios verdes a sus costados. El parque poseía muchas plantas y árboles. Además de una piscina.
Estas personas eran pareja. Una mujer joven de cómo unos 26 años, morocha, delgada y un muchacho apuesto y atractivo, con cabellos casi rubios y ojos claros indefinidos.
Había comenzado a caer mayor cantidad de agua. En el sillón, los jóvenes se dieron un abrazo portador de seguridad mutua. Éstos, disfrutaban del silencio de los aparatos eléctricos y del leve sonido que producía la lluvia al caer.
Disminuyó nuevamente la lluvia y la muchacha se levantó del sillón y salió a recorrer lentamente las eternas galerías.
Chispeaba silenciosamente mientras caminaba por los corredores. Luego de merodear un rato, se aferró a una columna y extendió su brazo izquierdo para tocar la lluvia. Se mojó apenas y entró de nuevo a la casa.
Besó al joven en el sillón, lo tomó por una mano y lo llevó a la habitación para concluir lo que había comenzado.
Ahora caía una tormenta plena, con rayos y relámpagos. Se escuchaba en el techo como las gotas de agua caían fuertemente.
La joven se encontraba debajo del chico y se aferraba fuertemente a su marcada espalda. Se sentía el crujir de la cama y algunos gemidos de vez en cuando. A veces, la habitación se iluminaba por algún rayo o relámpago, aunque la tormenta no se detenía. Por el contrario, parecía que cada vez tomaba más fuerza.
De pronto, un relámpago iluminó la habitación por varios segundos, cegando los ojos de la pareja, mientras llegaban al clímax de la situación.
Al terminar el relámpago, la tormenta caía estrepitosamente. La mujer estaba vestida y mojada. Se encontraba afuera, en el jardín. Sin embargo, ella parecía que hubiera estado horas bajo la lluvia, aunque solo había pasado unos minutos debajo de ella.
Nuevamente se iluminó el cielo con otro relámpago, y ésta había levantado una pala, con la que comenzó a golpear fuertemente a algo que se encontraba en la tierra, lleno de barro y empapado. En una de las tantas veces que había levantado la pala, escurrían finos hilos de agua roja, disueltas en agua.
La joven se alejó con la pala de lo que había estado golpeando. Se ubicó detrás de la casa y comenzó a cavar un hoyo en la tierra. Cuando creyó haber conseguido el tamaño adecuado, volvió por lo que había estado golpeando anteriormente. Ésta con la poca fuerza que tenía arroja lo golpeado dentro del hoyo y lo comienza a cubrir con la tierra húmeda. Se acerca a las plantas y de una de ellas corta una rosa roja y de otra, una amarilla.
Cuando corta la segunda rosa. Ésta se clava una espina y comienza a sangrarle el dedo. Mira la herida como si nada y sigue con lo suyo. Se coloca frente al montículo y arroja las 2 flores en él. Se da vuelta y camina 2 o 3 pasos. Se detiene de golpe, mira sobre su hombro derecho y dice: “Al menos esta noche me serviste para algo, aunque anteriormente hayas sido inútil” Se pone en marcha nuevamente hacia la mansión, pero mientras caminaba, le empezó a doler el dedo donde se había clavado la espina. Mira la herida y ve que de ella brota bastante sangre. Como hizo antes, miró la herida como si nada, aunque esta vez se llevo el dedo a la boca para succionar la sangre.
Al amanecer, todo estaba nublado, fresco y con una bruma sobre la tierra. Cuando se comienza a disipar, muestra cientos de montículos de tierra. Algunos ya estaban cubiertos de césped, pero todos tenían ambas rosas encima. Algunas poseían algún dejo de color, otras estaban negras… sin vida…
º*<^^!!Danny!!^^>*º
No hay comentarios:
Publicar un comentario